domingo, 30 de noviembre de 2008

... sobre errores gramaticales en las canciones

Una vez escuché decir a un profesor de inglés que tuviéramos cuidado con las canciones en ese idioma porque los autores se permite licencias que las normas gramaticales no admiten. Esto, para alguien que ha aprendido inglés gracias a numerosas canciones en la lengua de Shakespeare, parecía una tontería... pero no...


Cuánto más estudio inglés, mayor es mi estupor al ver que muchas veces no comprendemos determinadas letras no porque no conozcamos el significado de las palabras, sino porque no nos concuerda gramaticamente y pensamos que somos nosotros los que no entendemos nada cuando en realidad el problema está en que son incorrectas desde el punto de vista gramatical.


Pero esto no es sólo algo que ocurra exclusivamente en las canciones en inglés... En España tenemos también ejemplos que ponen en duda el conocimiento de nuestra lengua, como el típico "te dije nena dame un beso, tú CONTESTASTES que no!" de Mecano. Eso sí, diré a nuestro favor que en inglés los errores son más comunes.


Mucho se critica a los periodistas acusándoles de meter demasiado la pata en cuestiones lingüísticas. Cierto es que abusan de la excusa del poco tiempo y de la rápidez para salir del paso de las críticas, pero muchas veces es cierto. Por eso, yo me pregunto: ¿los compositores no revisan sus letras? Y lo que es peor... con todas las personas que escuchan una canción antes de grabarla, ¿nadie se da cuenta de los fallos gramaticales?


Os dejo una página web con errores de gramática inglesa en canciones archiconocidas de grupos como The Police, Queen o los mismísimos The Beatles





miércoles, 8 de octubre de 2008

... sobre el Universo


Leo en el periódico que el Nobel de Física se lo han otorgado a tres japoneses que desarrollaron la teoría de la "ruptura de la simetría entre la materia y antimateria" en relación con la creación del Universo. Y yo, mujer de letras mixtas de toda la vida, no dejo de asombrarme por estas cosas.


Si mi gran interés por el superacelerador de partículas se ha visto truncado por un, dicen, error humano (en todos los lados hay ineptos) y ha quedado suspendido a la espera de su reactivación, de repente se abre otro campo: la materia y la antimateria... yo por leer que no quede... y el interés por estos artículos ahí está, aunque no me entere de la mitad... lo importante es que algo se queda y entonces luego yo me monto mis historias... y me agobio.


Resulta que estos señores descubrieron que en el momento del Big Bang debería haber habido igual cantidad de materia y antimateria, lo que hubiera supuesto un equilibrio y se hubieran aniquilado mutuamente... pero claro, estamos aquí, por lo que tuvo que haber en algún momento más materia que antimateria y eso desestabilizó todo y dio origen al Universo en el cual habitamos.... Y yo me pregunto, ¿estos señores cómo lo supieron? Y lo que es más inquietante... ¿cómo conocieron la existencia de la "antimateria"?


Qué campo tan infinito es el relacionado con el Universo... tanto como él mismo... ¿o es finito? Pero... ¿se expande o se contrae? Sí, aquí está mi gran duda existencial porque, se expanda o se contraiga, lo tendrá que hacer en relación con un recipiente o con algo que lo envuelva... ¿Véis? Ya me estoy angustiando...




martes, 9 de septiembre de 2008

... sobre himnos


Según la RAE, un himno es una "composición musical emblemática de una colectividad, que la identifica y que une entre sí a quienes la interpretan". Digamos que es una canción que funciona de vínculo y de referencia para un colectivo, bien sea un país, una organización o los seguidores de un grupo musical.


Si nos alejamos de aquellos que componen himnos adrede y nos centramos en los grupos musicales, yo me pregunto, ¿los himnos son creados y producidos ex profeso para ello o se convierten en canciones de referencia por obra y gracia del tiempo o de los seguidores? Supongo que de todo hay. No creo que Lennon y McCartney compusieran su Yesterday o su Let it be pensando en lo que luego se iban a convertir. Tampoco creo que Noel Gallagher lo pensara mientras escribía Wonderwall. O Bob Dylan con Like a Rolling Stone


Sin embargo, por otro lado nos encontramos con el actual Viva la Vida de Coldplay. Y es que el pasado domingo tuve la oportunidad de asistir a la consagración de un himno. Miles de seguidores coreaban la canción, con tan sólo unos meses de vida, desde horas antes del concierto. Así que, con ese ambiente previo, os podéis imaginar lo que fue el momento en el que comenzaron a sonar los primeros acordes de la canción. La locura.


Todo esto me hizo pensar: el que todos los seguidores sean capaces de identificarse de esa manera con una canción nueva, ¿es fruto de la casualidad o de unos productores avispados que han sido capaces de transformar una simple canción sin un sentido claro en un himno que perdurará en el tiempo?


La música es negocio y lo mueven los productores, de eso no hay duda. Pero, aparte de canciones de éxito, cosa que ya sabemos que hacen muy bien, ¿son capaces de diseñar auténticos himnos? Quizás... Pero si son como el Viva la Vida, ¡bienvenidos sean!


Y para terminar: "Uo oo ooooooo oo oooooooooooooooooooo ooooooo" (ponedle vosotros la musiquilla, que esto de la escritura tiene sus limitaciones... si no sabéis ponérsela, os invito a escuchar la canción: Viva la vida, de Coldplay)





domingo, 31 de agosto de 2008

... sobre un Niño

En un mundo que anda escaso de referentes a los que seguir, los futbolistas se cuelan en la lista de personajes idolatrados. De hecho, muchos han considerado al fútbol como una nueva religión y por eso podríamos considerarlos "nuevos dioses" que marcan las expectativas de miles de aficionados.


Dentro de este contexto, no logro dejar de asombrarme por un caso concreto: Fernando Torres, alias "El Niño". Natural de Fuenlabrada y atlético de toda la vida, tuvo que echarse a sus espaldas a un equipo cuando apenas sabía lo que eso significaba. Aún siendo criticado entre los seguidores del Atleti por fallar demasiado y ser una eterna promesa, acabó convirtiéndose en un ídolo, la imagen de un club en crisis que necesitaba aferrarse a algo, y él estaba allí.


Pero un buen día llegó el Liverpool y dejó huérfano a su Atleti. Miles de seguidores tuvieron que asimilar que su Niño se marchaba para hacerse mayor... Y aquello que podría haberse considerado una traición, en el Atleti no fue así y la gran mayoría sufrió una catarsis que le llevó a poner la vista en otro equipo, el Liverpool, donde Torres podría mejorar. Digamos que la sensación sería similar al hijo que se marcha de casa a estudiar a otro país...


Y de repente comienzan a verse por el Calderón camisetas del Liverpool con el nombre de Torres... y Torres responde a ese apoyo con el paseo de la bandera del Atleti por todo Madrid en la celebración de la Eurocopa, única referencia a un equipo en el día grande de la selección española que encima viene de alguien que ya no está en dicho equipo... ¿Puede haber homenaje más grande?


Para colmo, la vuelta del Atleti a Champions va y nos regala un duelo (más bien dos, por aquello de la ida/vuelta) con el Liverpool al más alto nivel. Un duelo "fratricida" que, termine como termine, tendrá sin duda alguna una sonada ovación para Torres. El Calderón se vestirá de gala para recibir a su Niño y cruzará los dedos para que no se la líe...


El Niño pródigo se marchó para tener lo que el Atleti no podía ofrecerle en ese momento, y el aficionado atlético lo entendió. Por eso, a pesar de su marcha, continúa siendo una referencia para el club y para la hinchada rojiblanca que, en el fondo, sabe que su querido Torres volverá.

miércoles, 13 de agosto de 2008

... sobre días malos


Es un hecho: hay días malos. Sí, igual que los hay regulares, buenos y muy buenos. Pero está claro que los peculiares son los malos... aquellos en los que te levantas y tiras la crema por el suelo; sales a la calle en tirantes a las 8 de la mañana y hace un frío que pela; llegas al trabajo y te cae encima un marrón de los grandes que se escapa a toda lógica y además parece que eres la imbécil que hace el trabajo sucio mientras otros se lavan las manos; sales de trabajar y pierdes el bus, lo que implica que tienes que esperar 20 minutos para que llegue el siguiente ya que el metro no lo puedes coger porque la línea está cortada (bienvenidos a Madrid durante el verano...); como has salido a las tantas no llegas a las tiendas Vodafone para canjear los puntos que te caducan en dos días, por lo que te acercas a un Corte Inglés y resulta que la dependienta te informa de que no tienen el móvil que quieres; te vas a cenar a un Vips y se olvidan de un plato; vas a coger el bus de camino al Más Allá y vuelves a llegar tarde, así que te pillas otro que te deja a la otra punta del pueblo por no esperar otros 20 minutos; se te acaba la batería del móvil (de ahí lo de cambiarlo...); por fin llegas a casa, abres la puerta y se te cae una silla (que lleva varios días esperando que alguien la baje a la basura) en todo el pie; enciendes el ordenador y comienzas a leer cosas que mejor no haber leído...


Entonces decides irte a la ducha, te enjabonas, te metes debajo del agua y el tiempo se detiene. Cierras los ojos, que están a punto de estallar en lágrimas, y, mientras el agua cae, comienzas a sentirla... ahora fría, ahora caliente.... fría... caliente... fría... caliente... Los minutos se difuminan y el efecto mágico del agua hace que, por un momento, olvides tu nefasto día y te den ganas de transportarte directamente a la cama, donde podrás borrarlo definitivamente...


Allá voy...


Buenas noches....


miércoles, 30 de julio de 2008

... sobre quedarse en casa


LINDZ: No acabo de entender por qué la gente siempre quiere salir de su casa...
EMMETT: ... cuando es mucho más seguro cerrar la
puerta...
L: ... pero si cierras la puerta, nunca pasará nada, verdad?
E: Bueno... te limitas a quedarte en tu salón el resto de tu vida preguntándote qué hubieras podido ser...
Queer as Folk, 3x08


¿Qué gana uno quedándose en casa? Eso parece que nos quieren decir los guionistas de Queer As Folk en este diálogo. Muchas veces es más seguro quedarse encerrado en nuestras conocidas cuatro paredes, debajo de una manta que nos mantiene protegidos y que nos intenta convencer de que ahí es donde estamos bien., cuando en realidad lo que hace es aislarte del mundo. No siempre el evitar el fracaso o la caída o el dolor es positivo. Ya sabemos que cuesta arriesgarse y que nos gusta lo conocido, pero hay veces que es necesario salir de nuestro mundo para comenzar a vivir en el de los demás y no arrepentirte de no haberlo descubierto cuando ya sea demasiado tarde.


jueves, 3 de julio de 2008

... sobre un grupo de chavales que ha ganado una Eurocopa

Decía Gary Lineker que "el fútbol es un deporte en el que juegan once contra once y SIEMPRE GANA ALEMANIA". Pero este mítico delantero inglés no sabía de lo que eran capaces los españoles, la furia roja, porque el pasado 29 de junio NO ganó Alemania, sino ESPAÑA.

La alegría se desbordaba a eso de las 22:30 de la noche, cuando el árbitro pitó el final del partido y el gol de Torres daba el triunfo a una joven selección cansada de lamentos y convencida de que podían ganar la Eurocopa, de que esta era la suya.

El punto de inflexión fue, sin duda, el partido contra Italia. La agonía de los penalties se convirtió en una explosión de rabia contenida, en un grito unánime que pedía un hueco en la historia. Una historia que comenzó a escribirse con las paradas de Iker... San Iker... y que fue firmada por 23 chavales y un Sabio un caluroso domingo de junio.

Si analizamos las claves de este éxito, yo destacaría dos muy importantes:


- El equipo: un grupo joven, sano, unido... que ha sabido confabularse contra aquellos que no creían en ellos para reivindicar que la unión hace la fuerza y que, sin ningún elemento desestabilizador, un grupo puede llegar a lo más alto. Sin líderes-estrellas, esta selección ha sido campeona. Y da gusto ver cómo se lo pasan juntos, cómo disfrutan, cómo se conocen... en definitiva, lo que pasaría en cualquier grupo de amigos. Chavales en la veintena que han sabido reinventar una selección de la mano de un "abuelo" que ha logrado reconducir el devenir del equipo nacional y hacerlo campeón. Creo que no hay que ser muy lince para detectar que el origen de este espíritu se encuentra en la selección de baloncesto que tan buenos momentos nos ha dado y que supuso un golpe para la de fútbol, llena de estrellas pero sin éxito alguno. Y, para más similitudes, ¿acaso no es Casillas el Gasol en este equipo? Son los mejores pero no alardean de ello. Eso los hace más grandes aún.


- La cobertura de Cuatro: para quitarse el sombrero... imposible hacerlo mejor. Ha sido capaz de movilizar a la masa, de llevarla a Colón (la plaza roja?? Quién nos lo iba a decir...), de hacer que sacáramos camisetas rojas, de combinar fútbol con espectáculo y de hacer que todos gritáramos a la vez aquello de PODEMOS. La pasión que ha puesto Cuatro en este evento es digna de recordar y de envidiar, sobre todo por la que supuestamente es la cadena de todos y que jamás hubiera sido capaz de lograr ni una ínfima parte de lo que Cuatro ha hecho en este campeonato. Lo dicho, un diez.

Muchos dicen que es vergonzoso que la noticia más importante de estos últimos días haya sido la victoria de la selección mientras estamos ahogados por la crisis económica. De hecho, consideran que estos eventos no son más que el "pan y circo" que popularizaron los romanos. Pues a todos esos les digo que ¡viva el pan y el circo!, porque estas alegrías colectivas sirven de catarsis para todo el país y divertirse en tiempos de crisis también está permitido.

Por primera vez he escuchado a la gente cantar con orgullo eso de "yo soy español, español, español" y he visto a miles de personas lucir banderas españolas sin otro sentido que el sentirse parte de un país. ¿No es eso un éxito?

Por fin se acabó el "jugamos como nunca y perdemos como siempre". Ahora tenemos una selección en la que confiar y, si continúan haciéndose bien las cosas, las miras están puestas en un objetivo aún mayor: el Mundial de 2010.

Por primera vez en mi vida puedo decir con la cabeza bien alta: Brasil, prepárate.


Gracias chavales.

domingo, 15 de junio de 2008

... sobre conexiones

Hace unos días una amiga me dijo: "Es sencillo: o conectas o no conectas". Fue entonces cuando me puse a pensar en la importancia de la "conexión" en las relaciones interpersonales, y mucho más si hablamos de una relación de pareja. Sí, quizás esa sea una observación algo radical, pero es cierto que, cuando conectas con alguien, todo se vuelve más fácil.



Y, ¿en qué consiste esa conexión? Pues no sabría cómo definirla, pero sí sé que no tiene nada que ver con aficiones, intereses comunes o vidas parecidas. Puedes conocer a alguien de toda la vida y no tenerla o puedes intercambiar dos palabras y notarla con una fuerza increíble. De hecho, hay veces que nos empeñamos en encontrarla en otra persona y buscamos, y rebuscamos, y lo intentamos, pero no aparece... sencillamente porque no existe. Eso no hace una relación mejor o peor, sólo que es más trabajosa ya que hay que suplir esa falta de "conexión" con otras cosas. Pero todo esto se evita si con una mirada o un comentario sientes que la otra persona ha entrado dentro, que ha leído tu mente, que.... ha conectado contigo.



Insisto, puede que sea la primera vez que hablas con esa otra persona o no tener nada en común con ella, pero desde ese mismo momento parece que hace años que os conocéis porque así lo sientes y tienes la completa seguridad de que te han captado y de que lo has pillado. A partir de ese momento, todo fluye con increíble facilidad y, aunque pasen días, meses, e incluso años, esa conexión suele continuar ahí, esperando a ser reavivada con otra mirada u otro comentario.



Por eso, y después de mi experiencia personal estos días, me pregunto: ¿hay que confiar en esa conexión o es posible que a veces falle? ¿Podríamos establecer una línea común con la gente con la que conectamos para tener la certeza de que conectaremos con todo aquel que la posea? Es más, si para relaciones de amistad dicha conexión no es fundamental, ¿lo es a la hora de buscar pareja?

lunes, 9 de junio de 2008

... sobre el olvido y la indiferencia



"Dónde, en qué momento,
en qué palabra se deja de querer
y dónde, en qué lugar, por qué razón,
se deja de sentir."


Eso me pregunto yo... pero no sólo en el amor, al cual hace referencia la canción de Conchita, sino en la amistad, en las relaciones familiares, etc. ¿Por qué de repente todo deja de tener sentido y la indiferencia se abre camino por donde antes circulaba el cariño en ambos sentidos?


Las relaciones interpersonales son complicadas, y más cuando hay lazos familiares, amorosos o amicales. Y cuanto más se dejan de lado, más cuesta retomarlas. El problema viene cuando están tan apartadas que simplemente se olvidan.


Está claro, la dejadez mata cualquier relación a cualquier nivel y hace que se pase de una estrecha conexión al mutuo desinterés. Si a esto le añadimos la pereza y el orgullo, tenemos el cóctel perfecto para que la relación acabe en el saco del fracaso.


Entonces, ¿existe alguna clave para detectar cuándo se está yendo demasiado lejos? ¿Hay posibilidad de salvación si eres consciente del abismo abierto? ¿Merece la pena luchar por algo que, aunque debiera merecer la pena, te da igual? ¿Por qué dejamos de querer, sentir, necesitar?


jueves, 5 de junio de 2008

...sobre canciones y enamorados

En menos de una semana escuché dos veces el mismo argumento ante el mismo comentario pero con distinto emisor. Y todo porque de repente me ha dado por rechazar determinado tipo de música... no puedo con las baladas latinas tipo Luis Fonsi, Alejandro Fernández, Luis Miguel, Chayanne... Sí, sé que antes me gustaban. Es más, me encantaban. Pero en este momento me saturan y me parecen todas iguales...


El caso es que ante esta opinión hubo alguien que me dijo: "Es que los gustos musicales dependen del momento en el que estés". Razonable, no hay duda. Pero es que el otro juicio del que os hablaba, que vino directamente de tierras pucelanas, fue mucho más allá: "Eso es que no estás enamorada".



¿Cómoooo?



¿Es que es necesario estar enamorada para apreciar una canción de amor? Porque para mí una de las mejores canciones que se han escrito es el Wonderwall, de Oasis, y no creo que sea necesario estar enamorada para apreciarla. Y como esta, cientos de canciones que inundan el panorama musical desde siempre.


Por lo tanto, ¿existen temas sólo para enamorados? Y si es así, ¿cuál es la calidad exigible para ese tipo de canciones? ¿De verdad es el amor tan ciego que se queda en un "te quiero","bésame", "te echo de menos" y no permite ver la canción en su globalidad: música y letra? ¿Debemos temer la música que escuchan los amantes? Es más, ¿son necesarias las pasteladas cuando se está enamorado?

viernes, 23 de mayo de 2008

... sobre palabras y ciudades

El otro día leí en un libro que toda ciudad tiene una palabra que la define. A su vez, toda persona tiene una palabra que expresa su mayor deseo o necesidad. ¿Qué implica esto? Que para ser feliz en una ciudad es necesario que ambas palabras coincidan porque significaría que lo que se respira en dicha ciudad es lo que uno desea o necesita.


El libro en cuestión, Eat, Pray, Love de Elisabeth Gilbert, habla de Roma. Dice que su palabra es "sexo" y la protagonista digamos que no pinta mucho allí, entre otras cosas porque ella está buscando su palabra. Yo a Roma la definiría con "arte" en vez de "sexo ", pero también es cierto que yo no he vivido allí, por lo que mi opinión no tiene mucha base!


Es difícil encontrar un término que encaje con una ciudad. Pero más complicado es encontrar aquel que define nuestra existencia y que determina nuestra felicidad.


Por eso, yo me pregunto: ¿y si nunca logramos encontrar esa palabra? ¿daremos tumbos sin sentido? Si es tan importante encontrarla, una vez que la hemos hallado, ¿podemos hacer elecciones vitales basándonos en ella? ¿seremos así felices?


Y para terminar... ¿creéis que encajáis con la palabra de vuestra ciudad?


Yo aún busco la mía... y la de Madrid...




jueves, 15 de mayo de 2008

... sobre el Gran Hermano real

Alguien me dijo que el mundo de hoy es un Gran Hermano real. Siempre estás vigilado por alguien o por algo, incluso cuando piensas que nadie te ve. Y no pude estar más de acuerdo. De hecho, y para muestra un botón, siempre bajo la persiana de mi habitación cuando llega la noche y hay que dar la luz porque me aterra el hecho de que alguien me vea. Sí, es absurdo, lo sé, sobre todo cuando vives en un octavo, sin ningún edificio enfrente y tu ventana da al infinito... pero no puedo remediarlo. Creo que me moriría si tuviera que vivir en uno de esos "megapisosparamegarricos" tipo Nueva York con un ventanal inmenso como pared...



En Madrid ha habido mucha polémica con la instalación de cámaras de vigilancia en algunas calles, cosa que ni me va ni me viene porque, total, para una vez que pasas por ellas, perdida entre las masas... Pero el otro día asistí a un momento más que representativo en cuanto a vigilancia se refiere. Situémonos: lunes, 9:30 de la mañana, Cercanías Atocha-Nuevos Ministeros. Medio vagón dormido (es lo que tienen los lunes...), y en un grupo de cuatro asientos veo a una joven apoyada contra la ventana completamente dormida. Enfrente, un hombre de mediana edad con un móvil en sus manos. Hasta aquí todo normal... hasta que vi que ese hombre estaba grabando a la joven durmiente! Esa chica inocente, que seguramente se dirigía a su lugar de trabajo, de repente es protagonista de un video de un hombre desconocido que decidió que lo mejor que podía hacer un lunes por la mañana era grabar en video a una anónima que descansaba plácidamente en su asiento.

Por todo esto, yo me pregunto, en un mundo en el que estás constantemente vigilado, ¿es posible la libertad? ¿Tenemos derecho a retratar a personas anónimas que en ningún momento quisieron ser objetivo de una cámara? ¿Deberíamos tener miedo de que en cualquier momento veamos un video nuestro en YouTube? El desarrollo de las nuevas tecnologías es alucinante pero, ¿dónde está la barrera que separa su increible proyección de la protección de la intimidad?

domingo, 11 de mayo de 2008

... sobre los diarios pre-adolescentes

Alguien me comentó que los blogs eran como diarios en internet y que podrían ser utilizados para hablar de lo que quisieras, cuando quisieras y como quisieras. De repente me pareció una buena idea recuperar aquella olvidada costumbre adolescente que consistía en escribirlo todo en un diario que me esforzaba en cerrar con un candado para que nadie leyera... ¡Ilusa de mí! ¡Pero si con una simple horquilla podía abrirse! De hecho, hasta yo lo abría así porque nunca encontraba la maldita llave... Ays, qué tiempos aquellos....




Una vez, haciendo limpieza general en mi habitación (la misma desde hace 22 años), me topé con mis diarios (porque llegué a tener dos), me llené de valor y decidí regresar a mi pre-adolescencia. Craso error... porque no puedo expresar con palabras mi estupefacción al leer aquello... ¿esa era yo?


Fue duro enfrentarse a mi "yo" de aquella época y darse cuenta de las cosas que han cambiado (bendita madurez) y de las que no... y lo que es peor... intentar encontrar la razón de que ciertas cosas no hayan cambiado y no tengan pinta de cambiar.


Por todo esto, es hora de preguntarse: ¿es necesario que todo cambie a lo largo de nuestra vida para darnos cuenta de que hemos crecido? ¿O son esas constantes las que nos definen? Y si no soportas esas constantes, ¿se pueden cambiar o tendrás que vivir con ellas toda la vida?