domingo, 22 de abril de 2012

… sobre las elecciones en Francia

Una de las experiencias más interesantes de vivir en el extranjero es poder presenciar eventos similares a aquellos que ocurren en tu país y compararlos. Hoy le toca el turno a las elecciones generales. Alrededor de 45 millones de franceses están llamados a las urnas para elegir al que dirigirá el futuro de su país durante los próximos 5 años. Eso será si alguno de los candidatos obtiene la mayoría absoluta. Si no, habrá una segunda vuelta el 6 de mayo con los dos candidatos más votados de la jornada de hoy.

Mi visión como mera observadora en país ajeno está marcada por una campaña que lleva meses en marcha; unos medios de comunicación implicados que ofrecen información política con la seriedad que se le presupone; entrevistas reales y serias a los candidatos; y calles limpias que demuestran el sinsentido de empapelar hasta el último milímetro de pared con los carteles inmundos que llenan de ruido y suciedad cada rincón de la ciudad. Todo esto ya nos hace pensar que no estamos en España.

Pero lo que de verdad hace que te des cuenta de que aquí las cosas no funcionan de la misma manera es la implicación política de la sociedad francesa. Hablar de política no es un tabú sino una fuente de discusión y de conversación habitual. Y para poder hablar de ello, los franceses conocen las medidas tomadas por el Gobierno, los datos, las proposiciones de los candidatos, no se pierden las entrevistas de sus principales políticos en la televisión, y sobre todo, se toman en serio lo que estos dicen. Uno no es de derechas por ser derechas, ni de izquierdas por ser de izquierdas. No. Aquí la gente conoce las propuestas y vota sabiendo lo que vota. Algo que no ocurre sistemáticamente en España y luego vienen las decepciones.

Y es que, a pesar de que en Francia no faltan los escándalos, el nivel de confianza en la clase política y en el sistema es mucho más importante que en España. Un dato que sirve para reforzar este argumento: el nivel de participación previsto para las 20h es del 80%. Un nivel impensable en España, cuyo dato final no llegó al 69% en las últimas elecciones… y eso que estamos en crisis y la gente está muy harta. Bravo. 

Confianza, implicación, interés, conocimiento, seriedad… Conceptos que desgraciadamente no están ligados a la política en España y esto supone la base del fracaso social de uno de los derechos más importantes de la democracia: el de poder elegir a nuestros representantes.

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